Avila es una ciudad excepcional para visitar en un día o un fin de semana. En nuestro caso, vamos a exponer una visita a la ciudad de un solo día. Hay que aprovechar al máximo las posibilidades que da un día veraniego. Es entonces cuando hay más horas de sol y un clima, normalmente, más apacible.
Para quienes decidan ir en coche, se puede aparcar es la Avenida de Madrid, a la altura del número 102. Es una especie de vía de servicio frente al Centro de Congresos y Exposiciones Lienzo Norte. Allí se puede aparcar de manera gratuita y queda razonablemente cerca de uno de los accesos a la ciudad amurallada: la Puerta del Carmen. Desde ahí es posible comenzar la visita a la ciudad, pues ya se pueden encontrar cerca edificios de gran relevancia.
Visitar Avila desde la Puerta del Carmen
Dejando a nuestra izquierda el Parador de Avila y avanzando por la calle de las Tres Tazas se llega al cruce con la calle del Conde Don Ramón, y girando a la derecha nos llevará directamente a la Iglesia de San Esteban. Es un edificio religioso de pequeño tamaño pero una importancia histórica muy relevante por su antigüedad. Un poco más hacia abajo queda la Puerta del Puente, uno de los 9 accesos a la ciudad amurallada.
Ascendiendo por la cercana calle Vallespín se llega al Palacio de los Polentinos, un edificio del siglo XVI. Actualmente alberga un museo del ejército y se puede visitar de manera gratuita. Por la travesía de Santo Domingo se llega a una de las zonas más relevantes de Avila. Es casi un lugar de culto a Santa Teresa de Jesús. Se llega así a la llamada Plaza de la Santa, donde podremos encontrar el Museo de Santa Teresa y la Casa natal de Santa Teresa. También se puede ver en las murallas la llamada Puerta de la Santa. Si la atravesamos nos dará la posibilidad de ver el Parque del Rastro y el Paseo del Rastro, que discurre en paralelo a las murallas.
Torreón de los Guzmanes
Sin embargo no conviene abandonar la zona, así que volviendo a la plaza se puede seguir la visita por la calle Madre Soledad, que llega a una pequeña plaza donde se encuentra ubicado el Torreón de los Guzmanes, actual sede de la Diputación Provincial de Ávila. Por la breve calle de los Cepedas llegaremos a otra de las puertas de la ciudad: la Puerta del Rastro. Avanzando nuevamente hacia el interior de la ciudad amurallada, dejaremos a nuestra derecha el Palacio de los Dávila, a cuyo interior no se puede acceder, y seguiremos por la calle Caballeros hasta llegar a otro de los puntos emblemáticos de la ciudad: la Plaza del Mercado Chico. Es uno de los centros neurálgicos de Avila. Allí se encuentra el Ayuntamiento de la ciudad y la Iglesia de San Juan Bautista. También hay distintos bares y restaurantes que sirven como centro de ocio.
Saliendo por la calle Reyes Católicos se llega a la calle Alemania, que queda muy próxima a la plaza de la Catedral y desde la que se tiene acceso al edificio religioso más importante de Avila. En su interior no solo se puede disfrutar de la arquitectura gótica sino también de su importante museo. Es una de las visitas casi obligadas que hay que realizar en la ciudad.
Visitar Ávila y sus puertas
Una vez terminada la misma, se puede salir del recinto amurallado por la Puerta de los Leales y dirigirse a la cercana Plaza de Santa Teresa, desde donde se puede observar la imponente Puerta del Alcázar. Es seguramente la mejor de las 9 que hay en las murallas. En el lado oriental de la plaza se puede visitar la Iglesia de San Pedro. A partir de ahí comenzaría el recorrido por una parte de la ciudad menos conocida alejándose del casco histórico.
Avanzando por la calle San Juan de la Cruz llegamos a un cruce con la breve calle de las Madres. Ésta desemboca en una pequeña plaza peatonal donde está el Convento de San José. Aquí está actualmente el Museo Teresiano de las Carmelitas Descalzas. Muy cerca de allí, en la Plaza de Santa Ana, se encuentra situado el Real Monasterio de Santa Ana. Éste se puede visitar de manera gratuita. En la parte posterior del monasterio se encuentran los Jardines del Recreo. En ellos se puede descansar después de una larga caminata por la ciudad.
Casa de los Deanes
Subiendo por la calle Eduardo Marquina se llega a la plaza de Nalvillos donde está la Casa de los Deanes y la Iglesia de Santo Tomé el Viejo. Ambos edificios pertenecen al actual Museo Provincial de Avila. Muy cerca de allí se encuentra la Plaza de San Vicente. Allí encontraremos dos monumentos de gran importancia. El primero es la Basílica de San Vicente, uno de los templos religiosos más importantes de la ciudad por su antigüedad y su gran valor cultural; el segundo es la Puerta de San Vicente, otro de los accesos al recinto amurallado y uno de los más importantes junto con la Puerta del Alcázar.
Pasando bajo su arco entraremos en la calle López Núñez y veremos el Palacio de los Verdugo. Es la sede permanente de la Secretaría General del Grupo de Ciudades Patrimonio de la Humanidad de España. Avanzando un poco más por la misma calle llegamos al último de los tesoros de Avila: la Capilla de Mosén Rubí. Es un edificio religioso que mezcla estilos arquitectónicos como el gótico y el manierismo. Su interior se puede visitar de manera gratuita. Un poco más adelante, en la calle Marqués de Canales y Chozas, se encuentra el Parador de Turismo de Avila. Está junto a la Puerta del Carmen, donde iniciamos nuestra visita y también donde la terminaremos.