La historia de la antigua ciudad romana pervivió hasta los primeros siglos de la Reconquista. Los repetidos ataques procedentes tanto del campo cristiano como del musulmán acabaron por arruinarla. La reconquista definitiva de Ávila se llevó a término durante los primeros años del reinado de Alfonso VI de León.
El conde Raimundo de Borgoña procedió a su repoblación con un grupo de serranos. Éstos formaron un Concejo de ciudadanos con participación en el gobierno y guarda de la ciudad. Ésta se reconstruyó entre 1090 y 1099. Sin embargo, la obra repobladora más importante no tuvo lugar hasta principios del siglo XII. Entonces se asentaron en ella contingentes humanos de distinta procedencia que conservaron su individualidad. Como consecuencia, dentro del recinto amurallado, formaron barrios.
Ávila sufrió mucho durante las luchas civiles que agitaron el reinado de doña Urraca (1109-1126) y Alfonso el Batallador. Recuperó su esplendor al subir al trono el nuevo monarca Alfonso VII (1126-1157). Este rey prosiguió la obra repobladora.
Historia en la Edad Media
En 1465, los representantes de la nobleza hostil a Enrique IV depusieron en la llamada «farsa de Avila» al monarca. Por ello proclamaron rey al infante don Alfonso. A finales del siglo XVI tuvo lugar una rebelión contra el autoritarismo real. Ésta se sofocó y ajusticiaron a Diego de Bracamonte. Fue a comienzos del siglo XVII cuando la ciudad alcanzó su máximo esplendor económico, demográfico y cultural. En este momento se inició la decadencia de Ávila. Así, la población notó un importante decrecimiento a lo largo del citado siglo de la historia. Paralelamente, las manufacturas y la ganadería comenzaron a perder importancia. Su universidad, que se fundó en 1550, se suprimió en 1807.
Durante todo el siglo XIX escasearon las luchas políticas en Ávila. Los distritos electorales de la provincia solían establecerse a voluntad de cada Gobierno. En 1936, el alzamiento militar triunfó en la ciudad desde la que el general Mola dirigió parte de sus operaciones. En 1937 se convirtió en sede de la Academia de Alféreces Provisionales. Finalmente, la ciudad vivió una era de incertidumbre con la dictadura. Como consecuencia de la entrada en la Unión Europea, Ávila sufrió grandes mejoras a nivel económico y social. Actualmente es una ciudad moderna abierta al turismo nacional e internacional.
Ávila en la actualidad
Hoy en día, Ávila es un destino turístico de primer nivel que combina su rico patrimonio histórico con una vibrante vida cultural. Las calles empedradas y los monumentos históricos conviven con una oferta gastronómica de primera clase, destacando la famosa ternera avileña y el tradicional yemas de Santa Teresa, postre icónico de la ciudad.
Explorar Ávila es viajar a través del tiempo. Desde los restos vetones hasta los majestuosos edificios renacentistas, cada rincón de la ciudad cuenta una parte de su historia. Las visitas guiadas y los recorridos por sus monumentos ofrecen una visión profunda de su legado histórico, mientras que los museos y exposiciones permiten al visitante sumergirse aún más en la rica herencia cultural de la ciudad.